No invasivo y totalmente indoloro, el láser licua el contenido de las células grasas, cuya membrana se vuelve transitoriamente porosa, para facilitar una evacuación total del exceso de grasa.
Para lograr resultados óptimos, se recomienda realizar sesiones de 30 minutos en las zonas a tratar de 2 a 3 veces por semana, durante un periodo de 3 a 5 semanas. Para optimizar la eliminación natural de las células grasas, se recomienda realizar una sesión de EMS o presoterapia después del tratamiento.